El fenómeno migratorio es una realidad que trae desafíos cada vez más visibles para las empresas
y para la sociedad en su conjunto. Si bien la migración ha sido usual en la historia humana y
latinoamericana, la globalización parece catalizar esta movilidad aumentando su magnitud (INE,
2018) y complejidad (Pérez, 2019).
A pesar de que han existido olas migratorias en Chile, el país no se ha caracterizado por la
recepción masiva de inmigrantes, en especial si se le compara con otras naciones de la región (Cano
& Soffia, 2009). Esto se nota, al analizar las cifras de la gran ola migratoria que se dio hacia América
Latina entre los siglos XIX y XX. En este período, el saldo migratorio en la región fue absorbido en
un 73,0% por Brasil (35,0%) y Argentina (38,0%) (Baeninger, 2002). Analizando la proporción de
inmigrantes a principios del siglo XX, se observó que Chile no lideraba como país receptor, siendo
que, la mayor proporción de población inmigrante se alcanzó en 1907 con un 4,1%. Este porcentaje
era bastante menor al 29,9% de la población inmigrante en Argentina y a un 17,4% en Uruguay
(INDEC,2010; OIM,2011).CTF-NT-ES-19-325_Final