La carrera entendida como una progresión ascendente en el tiempo, dentro de una misma
industria, incluso dentro de una misma compañía, es en gran medida un elemento del pasado. Esto ha
dado lugar a las trayectorias profesionales que son flexibles y que se adaptan a las necesidades
personales, generando la necesidad de gestionarlas proactivamente. La trayectoria profesional se
refiere a la secuencia de ocupaciones profesionales, adaptadas a situaciones y circunstancias
personales, que la persona tiene a lo largo del tiempo. Esas trayectorias no requieren las progresiones
continuas y ascendentes para ser exitosas, sino que dejan lugar para que las personas tomen
decisiones, sobre qué es lo importante en cada comento, con quién (o quiénes) se recorre dicha
trayectoria, y cuál es el objetivo final. Por lo tanto, no se trata de correr, ni de compararse con otros.