En la última columna publicada, María José Bosch nos habla del desafío que tenemos como país en cuanto a los techos de cristal que viven las mujeres al ingresar a la alta dirección, como también los “escalones rotos” que se le presentan a las mujeres durante sus trayectorias laborales. Según McKinsey, esta última problemática, no permite a las mujeres seguir ascendiendo a cargos con mayor responsabilidad, ya que impacta la experiencia y se convierten en la base del problema para la posterior existencia de un techo de cristal.